martes, diciembre 27, 2005

Psicópatas, enemigos y conspiraciones


Debo decir con responsabilidad que creo que no tengo la experticia profesional para hablar de esto…. y más que seguramente muchos psicólogos, sociólogos, historiadores, antropólogos leerán mi post con una sonrisa de suficiencia. Pero ya que el blog es mió tengo el derecho a agarrar la pelota y llevármela para mi casa.

Para introducir la temática me vienen a la mente dos acontecimientos recientes:

Hace un tiempo escuché que mucha gente de la colonia judía en Chile envío cartas al diario “El Mercurio” debido a que le había molestado la película “La Caída” porque mostraba un aspecto demasiado humanizado de la vida de Hitler. Nótese que estamos hablando de una cinta tremendamente dura y crítica de la historia del nazismo. Por otro lado vengo recién renunciado de una asociación de padres del colegio de mi hijo. Esa organización persigue fines muy claros y trascendentes que intentan mejorar la calidad de la educación que se imparte en el establecimiento. Sin embargo muchos de sus dirigentes ven muchas veces a las autoridades del colegio, a los profesores, y a todos los que puedan no estar en sus trincheras como verdaderos rivales y enemigos que conspiran contra su organización.

Que hace que veamos al otro como un enemigo? Esto lo planteo desde los niveles más básicos hasta los más complejos y atroces. Desde el funcionario de oficina que siente que sus compañeros de trabajo lo perjudican deliberadamente, los grupos políticos que pueden percibir al partido rival como una amenaza a sus postulados, hasta un pueblo completo que cree que determinada etnia o nación representa un peligro para su sobre vivencia.

Partamos de la base que psicológicamente el ser humano como ente social requiere sentir que sus acciones son correctas y justificables. A nivel de ejemplos: el ladrón roba para alimentar a su familia, el que maltrata a sus hijos lo hace porque estos no responden a su disciplina, el que comete parricidio actúa en respuesta a una infancia de postración, el empleado que le roba a la empresa justifica su acción con que sólo esta retirando el dinero que la misma empresa le robó. He leído incluso que las organizaciones pedófilas se hacen llamar “amantes de los niños”. Lo normal es que siempre exista una justificación ética que permita ordenar y estabilizar la conducta dentro de los valores de la sociedad en que el individuo vive. Esto posibilita que personas “normales” o sin graves alteraciones psicológicas pasen a ser delincuentes o criminales.

Ahora bien, si el individuo dice robar porque le fascina amedrentar y despojar a los demás de sus bienes, mata por placer, tortura y asesina por gusto estamos hablando directamente de un psicópata. Es decir, el que transgrede las normas -las de carácter moral- por el sólo disfrute que esto le provoca. Y un psicópata es un enfermo mental que representa un porcentaje ínfimo de la población. Conclusión: desde el ángulo del victimario las cárceles están llenas de “inocentes” o al menos de gente que puede justificar éticamente sus delitos.

Girando el visor hacia otro ángulo vemos que para hacerle daño a otro necesitamos demonizarlo es decir convertirlo teóricamente en psicópata, eso nos permite desde perjudicarlo hasta eliminarlo. Si armamos la estructura que el personaje X siempre me ha querido dañar, que esta esperando mi caída para atacarme, que vive pensando en destruirme, construyo un esquema que me facilita herirlo o atacarlo, en cambio si razono que X es una persona como todas, que se siente inseguro, que debe tener su punto de vista diferente, que debe actuar por presión etc., lo humanizo y por tanto se me hace más difícil agredirlo. Es curioso pues que un mundo donde los psicópatas objetivamente son una rareza veamos en la vida cotidiana para nuestro accionar funcional tantos de ellos.

Este esquema es el que permite no sólo tenerle “mala” a alguien sino además organizar grandes genocidios y matanzas. Cuando los líderes Hutus en Rwanda quisieron eliminar a los Tutsis y lo hicieron usando todos los canales y medios de comunicación posibles no lo hacían llamando a “masacren, maten y violen a todos los hombres mujeres y niños semejantes a nosotros” sino que durante años transmitieron la propaganda de que los Tutsis eran una raza pérfida, que gracias a ellos ocurrían todas sus desgracias, que tenían alianzas de poder y finalmente dada su condición de ser una etnia de gente alta, “debemos cortar los árboles más altos”. Así después de deshumanizarlos durante años se inició una carnicería que costó cientos de miles de muertos, la población Hutu en forma masiva, salio con machetes a las calles a vengar a los “responsables de su postración” en uno de los hechos más crueles de fines del siglo XX.

El mecanismo de la deshumanización me atrevo a decir ha provocado todas las grandes crímenes masivos de la historia moderna. Así el nazismo justificó el asesinato de los judíos, Frank el gobernador de Polonia declaró: “Vamos a limpiar Europa de todas las plagas especialmente Piojos y Judíos”, las dictaduras latinoamericanas asesinaban entre otros a los ciudadanos de izquierda por “querer regalar la nación a la URSS” , en Chile se llegó a decir que la Unidad Popular si seguía en el poder iban a raptar a las guguas y mandarlas a cuba, para que Bush justifique la tortura y prisión en Guantánamo basta argumentar que los prisioneros son “terroristas que ponen en peligro la seguridad del mundo”.

La visión maniquea de la bondad versus la maldad hace posible llegar al extremo que personas que hacen su vida “normal”, que tengan familias y hasta sean cariñosos padres puedan ser torturadores o verdugos. Muchos torturadores de la DINA luego de hacer padecer atroces apremios a sus victimas bajo la lógica que eran “enemigos de la patria” “Basura Marxista” luego marcaban tarjeta y volvían como si nada a sus casas.

La teoría de las conspiraciones prima hermana de la deshumanización también permite crear mitos de negación que facilitan el entendimiento y la complacencia de manera de hacer innecesaria la introspección. Mientras la culpa la tenga la “Globalización” “El imperialismo norteamericano” “ El ateismo y el relativismo” “El capitalismo Judío” “la prensa controlada” “Las 7 familias más ricas de Chile” “o cuanto rompecabezas inconexo queramos armar colectivamente siempre estaremos victimizados que es más sencillo y funcional que analizarnos y preguntarnos cuanto de nuestros errores están implícitos en los hechos que lamentamos. Esto no significa que en la realidad existan como tales las conspiraciones, el punto es cuanto tiempo las conservamos y por cuanto las multiplicamos.

Indudablemente el paradigma de la complejidad que supone analizar la realidad desde un punto de vista causal y diverso puede levantar todos los mitos polarizantes y enajenantes que nos llevan a mirar enemigos y conspiraciones donde casi nunca los hay. El problema es como lo instalamos y cuan maduros estamos individual y colectivamente para vivir sin nuestros funcionales enemigos. Finalmente quizas cuando apartamos y entendemos nos podemos encontrar por fin con nosotros mismos y en el espejo no siempre lucimos como nos gustaría.

viernes, diciembre 09, 2005

La Elección se Juega Hacia la Derecha




El pensamiento de derecha es una forma de ver el mundo que si bien no me representa le doy validez como cualquier otro enfoque de la realidad. Su posición es parte del juego democrático tanto en Chile como en cualquier parte del mundo.

Dado que en nuestro país la derecha estuvo ligada férreamente a la dictadura militar, y participó con complicidad en sus crímenes, robos e injusticias, para un número importante de ciudadanos sigue siendo un grupo político cínico y detestable. Muchos dudan de su verdadera vocación democrática y después de 20 años de democracia la siguen vinculando al pinochetismo.

Justamente esta ligazón a la dictadura nos hace perder de vista algunos de sus méritos históricos. Por mencionar algunas fueron los conservadores quienes instauraron la constitución de 1833 y con ella el estado de derecho en Chile y una estabilidad política inusual en Latinoamérica durante el siglo XIX que se heredó en buena parte el 20. Fue Arturo Alessandri el primer caudillo que remeció a la oligarquía e impulsó reformas sociales y políticas que horizontalizaron la democracia. Jorge Alessandri también fue un presidente al menos honorable aunque su mandato no tiene los hitos de sus predecesores.

Es difícil clasificar hoy en día que es derecha y que es izquierda ya que terminada la guerra fría se deben aplicar paradigmas más complejos y sutiles. Observo más el mundo dividido entre liberales y conservadores que entre marxistas y capitalistas. De hecho la clasificación actual de partidos políticos a nivel global y nacional me suena anacrónica. Que le queda al partido socialista de socialista siendo que el presidente de la republica ha fomentado en estos años acuerdos económicos que proyectan como nunca la expansión del capital en Chile. Que le queda a la democracia Cristiana del socialismo corporativista de los años 60 y sus razones de fundación, como clasificar a la UDI como la derecha tradicional de este país si es el primer partido político conservador de raigambre popular, Novoa y Guzmán entre otros fueron los primeros parlamentarios de derecha en obtener grandes votaciones entre las comunas más marginales de este país.

Por otra parte y para pesar de la izquierda extraparlamentaria el sistema económico capitalista que viene funcionando y transformándose desde fines de las Edad Media no se va a modificar y la globalización es un hecho no un asunto a discutir. Que ambos procesos que hoy están absolutamente intrincados puedan ser aplacados y humanizados es una cosa, pretender que dejen de existir o que dejen de primar es imposible y de un nivel de utopía ciego. El sistema de planificación central nunca funcionó, jamás en los países que lo intentaron aplicar hubo real socialismo, siempre existieron privilegiados, intercambio económico dependiente con las economías capitalistas, carencia de democracia y lamentable falta de preocupación por el medio ambiente. Hoy el tan mentado “Sistema” que tanto se alude es el capitalismo y el capitalismo es la economía, no hay vuelta atrás.

Desde mi óptica parte de las grandes falencias y al mismo tiempo desafíos que enfrenta Chile en estos momentos tienen relación con los siguientes puntos:

1- Eliminación del sistema binominal: asunto grave que castra nuestra democracia. No puede ser autentica democracia aquella que niega sectores representativos de la sociedad tener representación parlamentaria. Como es posible que el partido comunista que tradicionalmente se ubica entre el 4% del electorado no tenga si quiera 1 parlamentario. Tampoco es decente que por ir en una lista un personaje que sale 3º 4º o hasta 5º en una elección sea elegido diputado o senador. Esta situación impresentable afecta la calidad de nuestra democracia y enquista en el poder a los mismos de siempre transformándolos en clase política oligárquica, todo lo cual promete los peores augurios si es que el sistema no es reparado.

2- Liberalización de los temas valóricos: A pesar de los avances, el que aún prime la censura a las campañas del Sida, que no se pueda discutir el aborto terapéutico, que los programas de educación sexual sean restringidos y aportillados, que la píldora del día después deba ser ofrecida casi en contrabando en los consultorios y tantos otros temas relacionados revela que hay sectores ultra conservadores que mantienen un poder trascendente en la toma de decisiones.


3- Mejora sustancial de la calidad de la educación: Si bien la contundencia del desarrollo y estabilidad económica del país es indudable lo mismo que las cifras de superación de la pobreza la deuda va por el lado de la desigualdad. No me parece tan escandaloso que los ricos sean más ricos el problema es que los pobres y la clase media baja no tengan posibilidad alguna de optar a mejorar su condición. En ello el factor educacional es clave. Y el retraso del país en esta área es pasmoso. Sin contar el escándalo de las universidades privadas que carecen de regulación académica alguna y peor aún empiezan a fomentar que sectores de determinados credos y nivel económico tengan sus propias universidades y jamás compartan con otros sectores sociales. Eso a corto plazo significará que para acceder a ciertos cargos privados los postulantes tendrán que ser de “aquellas” casas de estudio, profundizando la desigualdad y la segregación.

Hago mención a estas deudas nacionales porque veo que entre los actuales candidatos sólo uno significaría –lo más probable- una traba para el desarrollo civil del país. Joaquín Lavín y su partido la UDI se han opuesto permanentemente a reformar el sistema binominal, muchos de sus miembros pertenecen a la poderosa y peligrosa organización católica fundamentalista del Opus Dei que naturalmente tiene una visión ultra conservadora sobre el desarrollo de los temas “valóricos” y a su vez en sus cargos jerárquicos durante la dictadura destrozaron la educación pública y prostituyeron gravemente la educación superior.

La UDI y su abanderado se han constituido en un grupo político sólido y creciente, la Unión Demócrata Independiente llegó a ser el partido más grande del espectro político nacional y Lavín logró disputarle palmo a palmo las elecciones a Ricardo Lagos en el comisión anterior. Eso significó un grave retroceso hacia la derecha más recalcitrante de los electores de este país.

Los lavinistas son el único sector que jamás ha demostrado real arrepentimiento sobre las violaciones a los derechos humanos. Sólo y a duras penas se han desmarcado de Pinochet porque el contexto electoral y la verdad histórica no hacen ya presentable dicha defensa. En sus filas se encuentran como candidatos en ejercicio varios funcionarios de alto rango del gobierno militar que tuvieron directa o indirectamente responsabilidad en sus crímenes y tropelías. Sergio Fernandez, Jovino Novoa, Patricio Melero, Alberto Cardemil, Rodolfo Stange, y hasta el mismo Lavín entre muchos otros responden a este ejemplo.

Observo por otro lado en Piñera y Renovación nacional una derecha más moderada, cada vez menos vinculada con la dictadura. Dispuesta a levantar el sistema binominal, no ligada al extremismo católico. Incluso en ese partido he visto gestos y desaires honestos a las violaciones a los violadores de los derechos humanos. En aquellos oscuros años de los 80 recuerdo claramente haber revisado un capítulo de aquellos documentales filmados en forma clandestina llamados “Teleanálisis” en que formaron una mesa de debate con miembros de los diferentes partidos y corrientes políticas del país. El único que dio la cara y estaba dispuesto a dialogar por la derecha ahí fue Andrés Allamand.

Concluyendo, dado que creo que la visión política de derecha es válida y respetable prefiero para mi país que se hagan fuerte en su ámbito los sectores genuinamente democráticos y liberales que aquellos que siguen veladamente cómplices con la dictadura y complicando el desarrollo democrático. Por eso creo que si bien hay hartos intereses en juego en estas elecciones para mi lo más importante es la derrota de Joaquín Lavín y la UDI. Si Lavín sale tercero detrás de Piñera, y más delicioso aún la UDI baja su votación parlamentaria, el mapa político de la derecha debiera cambiar y ojalá tender hacia posiciones más favorables al país.

Por eso creo que el domingo lo más importante y de peso se juega hacia la derecha.