lunes, febrero 12, 2007

Discutiendo Sobre Fidel



La muerte de Pinochet y la alegría espontánea que me provocó me hizo encontrarme argumentalmente con varios miembros de mi familia que matizaban esta alegría con argumentos del “Sí, pero…”. Valga la pena agregar que en general pertenezco a una familia más bien de derecha que debe seguir pensando que yo soy izquierdista, cosa que a esta altura del partido la verdad dudo mucho. En el ámbito del “Sí, pero..” salía siempre a la palestra Fidel Castro. “Cierto que Pinochet fue un dictador pero nos salvó del comunismo como en la Cuba de Castro”, “Está bien que se critique los abusos de Pinochet, pero por qué se tolera los de Fidel”, “Ahora que se murió Pinochet seguro se muere Fidel”, por citar algunos.

Me pareció curioso este acto de permanente comparación con Cuba como si hablásemos de un país colindante y de importancia referencial para lavar en su imagen nuestra ropa sucia. Curioso, porque a pesar de los vínculos que nos unen a la isla, éstos no son más que los que nos ligan a Paraguay, Bolivia o España, por ejemplo.

Sin embargo, al margen de la incoherencia, hay un argumento que le he escuchado a mucha gente de derecha que me hace plenamente sentido que es criticar a la izquierda más ortodoxa que apoya a brazo partido el gobierno castrista.

Al respecto se me viene a la memoria la marcha en que fui con mi familia a la Alameda para oponerme a la guerra de Irak hace un par de años, y que por su concurrencia –antiglobalizantes, palestinos en tenidas de combate, partidos comunistas escindidos y tradicionales, etc.- no volveré a asistir a ninguna en un buen tiempo. Entre ellos estaban un numeroso grupo autodenominado “Amigos de Cuba”. ¿Qué cresta hacían tantas banderas cubanas desfilando en una marcha contra una guerra injusta e hipócrita? ¿Qué cercanía puede tener el anhelo de un mundo pacífico sin la batuta norteamericana con otra dictadura que lleva medio siglo en el poder y que oprime también a un pueblo completo?

Cuba es hoy el ejemplo verdaderamente patético de una izquierda –hablo de la verdadera porque no me vengan que el PS de la Concertación sigue siendo "izquierda"- vetusta en estado de demolición. Es imposible en matemática simple comprender qué se debe defender de un país que, como lo dice mil veces la organización mas respetable del planeta en la defensa de los derechos del hombre como es Amnistía Internacional, posee presos de conciencia, se maneja con partido único, sin libertad de prensa, que no ha abolido la pena de muerte, en que hay persecución a la disidencia, carece de elecciones, su población es bombardeada con propaganda megalómana de una revolución caduca, que a los niños se les hace leer textos vergonzosos de historia en que se justifican las matanzas de Stalin, etc, etc, etc. Simplemente no cuaja.

El argumento más manido de defensa del régimen es el del Bloqueo y la amenaza norteamericana, en general, y de los notables índices sociales que exhibe la isla en Salud, Educación u otros, que sin la revolución serían impensados. Ambos encierran certezas. La legitimidad original de la revolución cubana no merece reparos, fue un levantamiento de un pueblo pisoteado y violado hasta el cansancio por USA. Su romántico inicio e inclusive su ubicación en el mapa geopolítico en el área soviética son difícilmente cuestionables. Tampoco lo es que, torpemente y hasta hoy, los gobiernos estadounidenses siguen entorpeciendo la economía cubana y conspirando contra su gobierno. Respecto de sus índices de desarrollo social son indiscutibles los méritos en el área de la Salud y la Educación, por ejmplo. Estos datos además son propios de los ex regímenes comunistas de detrás de la cortina de hierro que siempre en materia social y también deportiva despuntaban bastante.

El punto no es negar la realidad, sin duda el imperialismo nortemericano ha hostigado con diferente intensidad a la isla y un gobierno de 40 años, normalmente, tiene tiempo de sobra para tener unas cuantas virtudes como finalmente y por lo demás las tienen muchas de las más famosas dictaduras: Hitler sacó a Alemania de la depresión en que estaba sumida, dinamizó la economía y mejoró los estándares de vida de sus habitantes; Stalin consolidó la revolución rusa, ganó casi en solitario la 2da guerra mundial; Mussolini dio orden y cierta prosperidad a Italia durante dos décadas; Pinochet modernizó la economía chilena, etc. No olvidemos que para ello, además, Fidel contó con sendos subsidios que llegaron de la URSS que luego debió adquirirlos en menor medida con la apertura económica hacia el capitalismo de la industria turística.

En síntesis, el problema no es de reconocer méritos, el punto es si esos logros justifican la privación de libertad y la conculcación de los derechos ciudadanos. Si asumiéramos esa postura y le impregnáramos una dosis de lógica significaría que si un Estado logra satisfacer ciertos niveles de igualdad social o de bienestar económico tendría derecho en beneficio de ello a privar a sus ciudadanos de varios de sus derechos humanos fundamentales: Libertad de expresión, disenso, elección de sus autoridades, libertad de enseñanza, derecho a tener un juicio justo, no ser privado de libertad por razones políticas, entre muchos otros.

El final de la dictadura pinochetista estuvo envuelto en un crecimiento económico muy importante, marcando los primeros lugares de América Latina, el ingreso per capita subió considerablemente y se dieron los primeros pasos para los planes de superación de la pobreza. ¿Hubiese significado eso que debiéramos haber cerrado los ojos y aguantado todas las atrocidades y aberraciones de aquel régimen por aquellos beneficios? El incremento del nivel de vida de los habitantes de la Republica Popular China y su espectacular desarrollo económico, además de la protección social de corte socialista de que estos se benefician ¿justifican Tiananmen, el secuestro del Tibet, y la cantidad de ejecutados sin juicio que registra ese país?

Desde mi punto de vista no hay argumento válido para defender a un dictador sin importar el color al que pertenezca, las libertades básicas del hombre no deben ser violadas bajo ningún pretexto, el supuesto bienestar social o económico no debe ser pretexto o justificación de abusos. No se bajan los niveles de destrucción y hambruna torturando a la disidencia, no se alfabetiza a la población encarcelando a quienes critican el gobierno. Es indigno del respeto a la condición humana el hacer partícipes a los ciudadanos de un sistema cerrado y de alto control de sus vidas como si fueran incapacitados de decidir por sí mismos, a todo nivel, desde qué leer hasta quién debe regir su destino.

Es una actitud vergonzosa ver al PC chileno y algunos otros grupos en esta postura y que al mismo tiempo aparezcan como defensores de los DDHH, participando en elecciones prometiendo un modelo alternativo, etc. Con qué fondo moral pueden hacerlo. ¿No es el mismo PC original que el año 1968 aprobó la invasión soviética a la primavera de Praga, no es el mismo que una década atrás justificó también el aplastamiento de Hungría?

Tristemente mientras no hagan un mea culpa de ello, son iguales que los pinochetistas que pululan en la derecha, y no son capaces de pedir simplemente perdón por cómo actuaron o lo que justificaron. Es verdad, ontológicamente son ramas del mismo árbol.

Es penoso en nuestro contexto porque quienes pretenden ser alternativa, y cambiar el modelo, defienden otra dictadura pero de otro signo. Y cuando alguna causa parece justa y universal se toman, con su siempre impecable organización, la actividad o manifestación para lanzar sus dudosas consignas.

Difícil creer a buena parte de los anti-globalización, anti imperialistas, adalides de los derechos del hombre, a muchos en fin promotores de un supuesto mundo mejor, cuando ni siquiera pueden condenar o al menos, por último, no defender a un dictador que va a tener que morir de viejo para soltar el trono del poder. Sin comentarios.



Lista de denuncias sobre el régimen cubano de Amnistía Internacional: