Hiroshima, Nagasaki y El Mercurio del Sábado

“Lanzamiento de la bomba atómica: ¿Golpe Maestro o Crimen Contra el Hombre? “

Así tituló esté sábado “El Mercurio” en la página 8 del cuerpo “A” a raíz del 60 aniversario del lanzamiento de las bombas atómicas en Japón. En el cuerpo del texto se exponían las visiones de aquellos que consideraban el hecho como un genocidio y otros que lo apoyaban argumentando que fue el mal menor para acortar la guerra.

Esto me hace recordar además la editorial de hace unos 10 años atrás del periódico más importante de la comunidad judía editado en Chile “La Palabra Israelita”. En el su director Gil Sinay criticaba el que se hubiese construido en Japón un monumento conmemorando el holocausto judío al lado de otro alusivo a la destrucción provocada por las bombas atómicas con el fundamento de que mientras el ataque nazi al pueblo judío era la tragedia más significativa que había ocurrido en la historia universal los ataques a Hiroshima y Nagasaki estaban plenamente justificados ya que ayudaron a la finalización de la Segunda Guerra Mundial. En el universo de lo estúpido, egoísta y defecante, estas dos piezas “periodísticas” debieran recibir algún premio. Que pasaría si para el próximo aniversario del ataque a las torres gemelas repitiéramos el titular:

“Ataques a Nueva York
¿Golpe Maestro o Crimen contra el Hombre? “

La tendencia a minimizar o justificar lo ocurrido en Japón es una actitud maniquea reñida con la moral y los derechos humanos, en la que se valorizan cuestiones que humanitariamente son secundarias como la estrategia bélica, las necesidades de los vencedores, y los intereses de algunos gobernantes o pueblos sobre otros. Los miles de muertos ocasionados por la bomba estadounidense y las secuelas radioactivas que produjeron en varias generaciones de nipones no puede tener justificación alguna, entrar a sólo meter una cuña en esto, es relativizar la vida humana, y ¿que más valioso y sagrado que ella?. ¿Que puede justificar la muerte de población civil, de niños mujeres y familias completas?

Mencioné las torres Gemelas y el Holocausto judío como muestra de que esas editoriales jamás las leeremos, porque producirían una reacción de rechazo inmediato. Y ello merece reflexión. ¿porque la tragedia del pueblo judío, o de los infortunados civiles del World Trade Center valen más para algunos que la de los japoneses?

Sin duda en las guerras, sobre todo de la segunda guerra mundial hacia atrás, las historias y puntos de vista que prevalecen son los de los vencedores. Nos horrorizamos con los crímenes del nazismo, pero se menciona poco que los aliados también devastaron con sus bombardeos las ciudades del Eje con sus zonas civiles ocasionando tragedias de magnitudes increíbles, y lo de la bomba atómica, a lo más se analiza como lo terrible que sería para el mundo que se repitiera en otra locación, pero los culpables de este genocidio son poco nombrados como tales evitando ponerle el “cascabel al gato”. En ello la propaganda es abrumadora, crecimos viendo películas en que los japoneses eran unos crueles y tarados y los norteamericanos los héroes, y aprendiendo que casi los únicos muertos de aquel conflicto fueron los 6 millones de judíos.

Que en el minuto que volaba el “Enola Gay” por el cielo japonés la guerra ya estaba ganada, que si la intención era demostrar fuerza para la rendición japonesa bastaba con una bomba y no dos, son argumentos de tipo militar que no me interesa ahondar. Sería como perder el sentido y caer en la relativización del valor de la vida que ya expuse anteriormente.

Lamentablemente esta forma de mirar los derechos humanos, no es propia de los halcones norteamericanos, ni de los fascistas. Se ve también en los sectores mas ortodoxos de la izquierda. Año a año una institución tan respetable como Amnistía Internacional publica un listado de gravísimos atropellos a los Derechos Humanos en Cuba, como encarcelamiento de disidente, presos políticos, trabas a la libertad de expresión, persecución de periodistas, juicios en que no se respetan las garantías más elementales para los inculpados, algunas ejecuciones sumarias, etc. Sin embargo cuando se exponen estos hechos ante algunos de estos personajes responden con que: “hay que preservar Cuba porque en cuba no hay pobreza”, “es una sociedad igualitaria”, “que la salud”, “que el acceso a la educación”, “el bloqueo”, “la inteligencia de Fidel”, etc. Ósea nuevamente se ponen por delante valores económicos e ideológicos que se priorizan por sobre la vida humana y su dignidad. A mucha de esa gente le vi esbozar una sonrisa cuando estallaban las Torres Gemelas y les escuché comentar que Estados Unidos se lo tenía bien merecido y que por fín estaban cayendo los símbolos del capitalismo. ¿Esos trabajadores hombres y mujeres que se lanzaban vivos de esos edificios, civiles todos, se lo tenían merecido?, ¿eran culpables de la política exterior del Pentágono?. Así pues la vida de un detenido desaparecido de Chile merece para ellos rasgar vestiduras, pero las víctimas del 11 de septiembre de Manhatan y la de los disidentes cubanos valen literalmente hongo.

Es indudable que la promoción y comprensión de los derechos humanos en el mundo ha generado avances fundamentales, pero aun queda un trecho larguísimo que recorrer lleno de obstáculos de poder, intereses, egoísmo, nacionalismo y racismo. Es necesario – y de nuevo salgo con una utopía liviana a lo Lenon- que se comprenda que antes que cualquier fundamento, por delante está la vida humana, su dignidad y libertad, incluso a costa del bienestar social, las necesidades económicas, la democracia, las razones estado, el lucro o la defensa de ideales. Mientras esto no sea asimilado seguiremos escuchando y leyendo comentarios tan patéticos como el que publicó El Mercurio este sábado u otros.