sábado, marzo 10, 2007

Lo Barato Cuesta un Poco Caro: Volando en Gol Parte I


Este verano decidimos aprovechar las notables ofertas de pasajes aéreos de la nueva Aerolínea brasileña Gol. Espectacularmente barato alrededor de 100 mil pesos por persona ida y vuelta con impuestos y todo a Rio de Janeiro, los ticket los adquirí por Internet con un impecable sistema que me permitió reservar los 4 asientos –fuimos con los dos niños- y hacer las consultas en línea con una asistente que contestaba en un sistema de Chat.

Tomamos el vuelo sin problema, Gol tiene una flota sencilla pero muy moderna de aviones, la tripulación a bordo no destiñe y la comida (Snack) salva. Hasta ahí todo bien pero era sólo hasta ahí.

En casi 4 horas llegamos a Sao Paulo como pasajeros en tránsito, pero eso es sólo un decir ya que los brasileños exigen que a la primera ciudad de su país a la que uno llegué debe hacer inmigración y aduana. Eso significó que debimos recoger nuestras maletas que se demoraron mucho, ya que por alguna extraña razón las iban trayendo pausadamente de a grupos en la bendita cinta marea maletas. Si teníamos sólo una hora para tomar la combinación este trámite nos tomó como 40 minutos.

Luego debimos enfrentarnos al inmenso aeropuerto de Sao Paulo, arrojados al vacío, con nuestras maletas, nuestros niños cabalgándolas en el carrito, sin información y tan sólo 15 minutos para tomar el vuelo a Río. La señalética era horrible tuvimos que preguntar mucho para llegar al counter de GOL. Cuando por fin lo encontramos este estaba repleto y su cola no avanzaba. Por suerte una asistente vio que íbamos con niños y nos puso adelante. Pasamos el equipaje y nos dieron el nuevo ticket. Debíamos seguir por policía en el segundo piso sector internacional. Estábamos en la quemada, al Ale (mi hijo mayor) lo hice correr mientras el otro lo subía arriba de la cabeza para ganar velocidad. Los ascensores estaban llenos y eran solo dos para muchísima gente. Por fin llegamos a policía internacional y nos aliviamos un poco al ver que muchos de los que esperaban en la cola eran de nuestro vuelo. Ante la congestión de pasajeros los policías decidieron hacer la vista gorda, tomaron los boletos de inmigración al lote y dejaron pasar a todo el mundo. Con este indicador inequívoco de atraso volvimos a correr como locos, miramos el ticket decía puerta 17B. No se veía la puerta por ninguna parte hasta que arriba de unas escaleras mecánicas encontramos un cartel que indicaba su dirección. El problema es que partía de la 4B, y ya era la hora de despegue. En este sector no se veían pasajeros esperando en ningún lado, estaba desierto, lo que nos descolocó. Nerviosos, la Patty tomó al Ale de la mano, el Andrés a mi cabeza y a correr otra vez.

A pesar de nuestro esfuerzo y apuro siempre había un cartel que nos hacía movernos a un lado o a otro, deben haber sido unos 15 minutos de maratón, hasta que por fin ya instalados en otro sector del aeropuerto la bendita puerta 17B se nos reveló, pero vacía. Nadie esperaba nada allí. Y por las ventanas despegaban decenas de aviones gol. Estábamos casi convencidos que habíamos perdido el vuelo. Paramos a una policía a la que le rogué ayuda, pero no me entendía. Luego otro funcionario, y tampoco, y otro, y seguíamos corriendo :

- “Por la misma reputa mierda perdimos el avión”, grité.

- Papá no se dicen garabatos me dijo el Ale mirándome con dulzura y extrañeza.

Estaba impactado de vernos tan descontrolados. Yo a esa altura retaba a brasileño que se me cruzara.

De funcionario a funcionario que nos mandaba para acá para allá volvimos al sitio de policía internacional. Me abalancé a un modulo y le explique al joven en cuestión lo que había pasado y que necesitaba volver al counter de GOL. A es altura ya no hablaba nada de portugués (algo me manejo en el idioma porque mis abuelos eran de Porto Alegre) puro vociferaba, transpirando como camionero, con el cabro chico en la cabeza. Los brasileños nuevamente no entendían nada, una jefa dio autorización para que saliéramos de regreso al sector de atención de las aerolíneas. A esa altura estábamos 40 minutos atrasados.

Llegamos al counter de Gol, sin pescar fila alguna agarre a una chica de la aerolínea, le explique todo. Me dijo que no me preocupara que el vuelo iba atrasado y que había cambiado de puerta – la razón por la cual corrimos por todo Sao Paulo- Gran alivio, por fin pudimos dejar de correr, y recuperar el aliento y la tranquilidad.

De nuevo tuvimos que pasar por policía internacional, los tipos se agarraban la cabeza mirando el computador, como podía ser que si habíamos salido hace 10 minutos de brasil, nuevamente lo estuviésemos haciendo, pero al parecer éramos ya famosos en la tierra del Samba, porque una policía le explico al encargado que nosotros éramos aquellos les gustaba hacer deporte en el aeropuerto más grande de Sudamérica.

Por fin llegamos a la puerta real, unos chilenos con los que habíamos conversado rato atrás nos miraron con cara de pena, y no entendían que nos había pasado. Ahí supimos que el privilegio de haber hecho la cola larga es que le explicaron con calma a todo el mundo cual era la puerta real en que había que abordar.

Estaba tan pero tan transpirado que tenía el cuerpo y la ropa mojadísimos. Tanto así que la Patty pensó al ver el pantalón del Andrés que se había hecho pipi del stress, pero en verdad era producto de que había estado montado en mis húmedos hombros todo el tiempo. Compre litros y litros de liquido que los bebimos con asiedad, y nos subimos por fin al vehiculo más anhelado desde los tiempos del Arca de Noe.

Para recolmo al abordar el avión la Patty se dio cuenta que había dejado el neceser en la sala de espera. Volvió a correr a buscarlo, pero los mismos amigos chilenos ya lo traían en sus manos. Tuvimos que re jurarles que no eramos de ningún programa de TV de cámara indiscreta, que sólo éramos la familia “Chambona”.

Continuará….

1 comentario:

Anónimo dijo...
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