Hace tiempo me tocó sumergirme en la prensa de los años 30 para desarrollar mi tesis aún no concluida para unos estudios de historia que estaba llevando a cabo en la U de Chile. Leí sobre el devastador terremoto de Chillan como esa ciudad quedó destruida casi completamente y los niños a pata pelada corrían desesperados buscando a sus padres. También algo revisé sobre la vida miserable en los conventillos donde vivían la abrumadora mayoría de los chilenos en condiciones de hacinamiento, desnutrición y epidemias. Estas situaciones sociales nos parecen lejanas y absolutamente superadas en la actualidad. Hago toda esta referencia para introducir lo falaz que resulta afirmar que hoy en día en Chile nos encontramos en el peor momento de nuestra historia y que la economía “Neoliberal” tiene al borde de la demencia a la clase trabajadora del país.
Hay una tendencia de cierto sector a darnos a entender que estamos en el punto culmine de un proceso de deterioro de la calidad de vida de la gente, en el nivel más tóxico de su entorno ambiental y en el estado más pernicioso y abusivo de las desigualdades sociales. Obviamente que la mayor parte de este discurso proviene de la izquierda ortodoxa, pero también es recogida en parte por el ciudadano común que naturalmente no maneja una perspectiva histórica y cree que ésta no es el pasado sino sólo un libro viejo.
La verdad es que a nivel de la historia universal y por sobre todo nacional nunca jamás las condiciones de vida han sido tan superiores como en el presente. Hace sólo unas décadas atrás los dos países más poblados del mundo mostraban un nivel de miseria y pobreza considerable, me refiero a China e India y hoy crecen y se desarrollan a un ritmo apuballante. Respecto a nuestro país, hagamos el mismo ejercicio pero con datos más duros:
El ingreso per capital subió de $ 2100 en 1970 a alrededor de 4500 hoy en día. La indigencia bajó en 10 años desde 1990 al 2000 de 9,6 a 3,5. La extrema pobreza ya bordea menos del 8% siendo el país latinoamericano líder en esta tarea como lo destaca la CEPAL. Además están los índices de desnutrición infantil, avance en la alfabetización etc. Desde muchos indicadores macros Chile se presenta como un país en verdadera vías de desarrollo y muchos ya pronostican que de aquí a 10 o 20 años estaremos cerca de los resultados de Portugal o España.
No vale mucho la pena recordar que siguen habiendo problemas importante como la mejora en la calidad de la educación, la distribución del ingreso, etc. Lo soslayo no por su falta de preponderancia sino porque es obvio que las tareas pendientes no deben dejar de hacernos sentir orgulloso por los robustos logros. El que los niños dejen de morir de hambre, o que ya no queden con daño neurológico por desnutrición, que la gente tenga en promedio el doble de sueldo que hace una generación, que la pobreza se vaya liquidando no pueden ser vistos como situaciones mínimas, hacerlo es sólo querer afirmarse en un fatalismo intencionado.
Mucha gente tiene la noción que hace 30, 50 o 100 años la gente vivía en forma más saludable, que la contaminación ambiental y alimenticia nos tiene colapsados, y que la ciudad era más segura, etc. Pero en verdad nada de eso es así. A pesar de todos los colorantes, preservantes y todo lo que se diga la esperanza de vida sólo entre 1970 y el 2006 ha subido de 63 a 78 años, eso indica una tremenda elevación de la calidad de vida de la población y de los avances en cuanto a salud pública. Nótese que no estoy defendiendo el Mcdonald’s ni la lucha por una alimentación más sana solamente indico que estamos infinitamente mejor en ningún caso peor.
Bajo que sistema económico se lograron todos estos avances? Indudablemente bajo el capitalismo y más aún bajo una versión extremadamente liberal de él que es el modelo chileno. Nunca en la historia como bajo este sistema la gente ha vivido con un mayor bienestar. Curiosamente mis ejemplos anteriores también cuajan para China e India, en el minuto que despegaron como países fue cuando dejaron de darse vueltas inútiles en experimentos económicos socialistas tradicionales y siguieron la vía capitalista.
Respecto al sistema durante años se enseñó en los colegios que en el mundo existían básicamente dos “El Capitalista” y el de “Planificación central”. Esa presentación pretendía ser ecuánime en presentar las alternativas para clasificar a las economías pero en verdad careció de perspectiva histórica. El capitalismo como tal en sus versiones pre capitalista o su desarrollo robusto a partir de la revolución industrial, basado en la propiedad privada y en el más o menos libre flujo en compra venta de bienes y servicios nace al menos en los finales de la edad media. Por lo tanto podemos decir con certeza que dicho sistema lleva más de 500 años de existencia.
El sistema de planificación central que comienza con la revolución rusa y logró expandirse con verdadera fuerza hasta los años 60 y comienzos de los 70 no gozó de menos de 80 años de vida y nunca consiguió auto sustentarse. La Unión Soviética subvencionaba la economía de todos los países socialistas de Europa y fuera de ella -como Cuba- sin los cuales todos ellos habrían colapsado en pocos años. La misma URSS demostró tener una economía que sólo creció hasta los años 60 y que a partir de Nikita Krushev se desmoronó hasta su colapso en los 90.
Lo interesante es que además de no poder dejar jamás de depender del intercambio comercial con occidente, el sistema en si se mostró inviable en casi todas las variables. Una de las más notables fue la imposibilidad de competir en innovación tecnológica en comunicaciones, informática y robótica industrial. La economía dejó de producir los bienes que requería su población pero peor aún la anticuada tecnología comenzó a producir daños gravísimos e irreversibles en el medio ambiente. Sería una lata entrar en detalles sobre cada aspecto del colapso de la antigua URSS pero baste decir que en sus últimos años la esperanza de vida comenzó a decrecer como uno de los índices más palpables y dramáticos del fracaso.
En conclusión me parece que realmente este llamado “sistema de planificación central” nunca fue un verdadero rival del capitalismo, más aún en rigor dada su dependencia de este Jamás existió como tal. No pasó de ser un experimento fracasado, mezclado con dictadura, una gran clase política privilegiada y corrupta, y la jamás lograda superación de las clases sociales y los privilegios individuales.
En base a todo lo anterior plantear la crisis del sistema me parece del todo absurdo considerando que en más de medio milenio solo ha existido capitalismo y nada más que capitalismo. Me atrevería a decir que hoy decir economía es lo mismo que decir capitalismo. Podemos discrepar o acordar en cuanto a cual es el mejor “modelo” tomando como base el importante rol regulador del estado en los procesos económicos, establecer que hay economías que tienen un acento social más marcado que otras, pero definitivamente todos los matices se enmarcan en el mismo, eficiente, único y difícilmente modificable “sistema”.
No quiero que lo anterior suene a conformismo, solo es un análisis, una focalización del rumbo o la temática. El “Sistema” en sus diferentes variables no ha logrado “aun” superar gran parte de los problemas que aquejan a la humanidad. Pero no me cabe duda que cualquier intento por destruirlo –cuestión que además considero imposible- o reemplazarlo como indica la experiencia histórica sólo conseguirá agravar los males y nunca superarlos. Definitivamente otro sistema no es posible.
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4 comentarios:
Interesante y provocador análisis Johny. Me surgen dos comentarios de inmediato. Con respecto a que "nunca en la historia como bajo este sistema la gente ha vivido con un mayor bienestar", la verdad no lo sabemos a ciencia cierta. Me recordé -a propósito de esta frase- de una distinción bastante rudimentaria pero sin embargo bastante útil que se enseñaba en alguna escuela de cuadros amarantos a la que asistí en mi adolescencia: entre "condiciones objetivas" y "condiciones subjetivas", unas que determinas estrucuturalmente las condiciones de vida de las personas y grupos sociales, y otras que tienen relación con las predisposiciones anímicas y percepciones particulares de la gente, más allá de sus condiciones de entorno. Entonces, "objetivamente" ¿hay más bienestar? Desde el punto de vista del acceso a servicios básicos, a bienes de consumo y otros, como promedio sin duda sí. Habría que ver, sin embargo, los datos de distribución de esta riqueza para poder ver en qué medida se trata de mayor riqueza para todos o más bien de un crecimiento exponencial en la acumulación de unos pocos (dejo planteada la pregunta pero no la respondo aquí, pues para hacerlo en serio creo que habría que mirar las cifras disponibles). Ahora bien, ¿qué pasa con la "sensación de bienestar" o el "bienestar subjetivo"? También pienso que el asunto es complejo. A medida que se accede a más bienes materiales también cambian las expectativas individuales por lo que puede ser que haya, curiosamente, más malestar que al principio. En Chile al menos han habido varios estudios de distintas instituciones que hablan de un cierto "malestar" difuso de la gente.
En el fondo, digo que el "Bienestar" es un concepto más complejo y qué la disponibilidad de bienes materiales es sólo una de sus dimensiones, pues habría quever, primero cómo estos se distribuyen en la realidad, y segundo cómo cambian las percepciones subjetivas de la población al respecto.
Finalmente, dices que "otro sistema no es posible". Estoy de acuerdo con la crítica a esta frase usada muchas veces como slogan. Pero el rigor historiográfico creo que debiera llevarnos a ser más cautelosos. Muchas sorpresas presenta la historia de la humanidad en estos temas. Una cosa es no querer un cambio de sistema, otra cosa es decir que no es posible.
Saludos, Pablo.
Ningún Sistema es eterno,siempre los sSistemas son superados por otros en la Historia de la Humanidad.
Sin duda hemos avanzado mucho,mas,lo que vive el ciudadano de a pie es la TREMENDA DESIGUALDAD EXISTENTE eso es lo que provoca un estado de ánimo que a la larga puede estallar socialmente.
Recuerda nada es eterno.
que buen articulo
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