Creo que la amistad es algo fundamental de la vida. Ya a
esta altura de mis cuarentaicinco puedo decir con propiedad que muchos amigos
son más valiosos que mi familia originaria. Ya estoy imaginando a mi padre
llamándome para cobrarme sentimientos por lo que dije pero es la pura verdad
confió, cuento y he recibido apoyos notables de ellos que nunca encontré en los
de mi misma sangre.
Claramente no todos los amigos están en la misma categoría. Hay
diferentes capas de cercanía cual cebolla están aquellos que están en el centro
y otros más hacia la cascara. En general los del centro se mantienen en el
tiempo en su ranking pero luego los otros a veces se mueven o simplemente
desaparecen.
Estoy pensando que tener amigos también es de esas cosas que
se le enseñan a los hijos sin querer, por repetición del ejemplo y que son muy
valiosas para su futuro. No por su puesto por esa despreciable lógica de reptil economicista de tener más redes de
contacto sino por el hecho de vivir mejor aunque sea un poco más feliz.
Creo que soy de esas personas que llaman cada cierto rato y
proponen encuentros para estar siempre más menos en contacto. Yo le llamo
pastorear a los amigos para que no se pierdan las ovejas.
Para mí en particular me es duro cuando me peleo con algún
amigo o sufro una decepción al respecto. Me ha pasado unas cuantas veces que
hay gente que se molesta conmigo discutiendo de política o por opiniones varias
que a mi juicio nunca debieran ser motivo de distanciamiento. Pero para
sorpresa mía muchas veces amigos que estaban en la capa de la cebolla 2 pasan a
la 8 o se van a freír a la paila directamente por la Bachelet, Piñera, la UDI,
el desarrollo económico del país, la revolución pinguina o cualquier real y
reverenda tontera.
Y en esto hay un mega tema. ¿hay que conversar las
diferencias que uno tiene con los amigos? Los psicólogos que conocí siempre me
inculcaron esta falsa verdad, que los temas se aclaran cuando se conversan, o
cuando a ti te molesta algo y los planteas con sinceridad. Las pinzas en
Chilito donde la comunicación funciona por el desvío de la tangente no nos
gusta que alguien nos diga muy de frente lo que no queremos escuchar. Si
invitamos a alguien a nuestra casa nos gusta que nos digan “No puedo porque
tengo otro compromiso” en vez de “sabes hoy estoy cansado prefiero ver la serie
que tengo grabada” o “tengo un detalle que quiero hablar contigo en modo de
crítica constructiva” en vez de decir “francamente la cagaste hasta el fondo ”
, ahí pasas a la categoría pucha el weon pesado..Rara vez he visto un problema
resuelto por dialogo puro porque simplemente influye un factor de lenguaje
cultural.
Para terminar el año pasado mi amigo Julio con el que nos
conocemos desde los cinco años y por tanto es mi amigo requeté más antiguo me invitó a su casa de Puerto Montt cuando
estaba viudo de verano. Fueron tres días en que tomamos en exceso, comimos
asado, nos reímos, paseamos y lo más entretenido y casi adolecente vimos un par
de películas de terror con las que nos borramos del susto. Simple y notable.
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